El invierno ya se va apartando y, en la Casa de Campo, no solo se ve, también se oye. Las pisadas de los más madrugadores rompen la escarcha en el césped. Hay más niños tirando trozos de pan al lago, más grupos, más familias, más deportistas. El polideportivo al aire libre más grande de Madrid vuelve a llenarse. Y no es para menos, con sus más de 1.500 hectáreas (quintuplica Central Park), su anillo verde ciclista, su lago, sus caminos y rutas, son el mejor reclamo para quienes entrenan al aire libre en la capital.
Apenas se los oye llegar pese a la velocidad. El pelotón baja por la ruta ciclista. Seis chicas bien uniformadas con sus cascos, gafas e indumentaria. Algunas llevan en el pecho un corazón dibujado con cadena de bicicleta. Es el logo del club #ciclismoPARATODAS, asociación femenina que anima a las mujeres a practicar ciclismo. La idea nació en 2019 y, aunque como reconoce su fundadora, Silvia González, la pandemia les “fastidió un poco”, siguieron entrenando y creciendo; son ya casi medio centenar. Entrenan por toda la comunidad, de Móstoles a la sierra, pero frecuentan la Casa de Campo, así evitan el tráfico por las amateurs y por el espacio. “Es una reconexión con la naturaleza, das una vuelta, oyes pájaros, recargas pilas, llegas a casa y… buf, qué bien”, dice González.